[SPA] FORMA

La silueta, el dar forma y ser formado.

¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en el concepto de Forma? ¿La silueta de un amante, de una pieza de fruta, una lámpara o un sofá favoritos? ¿A lo mejor una escultura que has visto recientemente? ¿Piensas en un vestido, quizá en tu coche?

Forma significa silueta, pero también significa dar forma o recibir una forma, cuando algo o alguien tienen un efecto en otra persona, cambiándola en parte o al completo para siempre. Puede referirse a una silueta real o a un estado físico o emocional. Esta palabra define tanto a cosas como personas de tantas maneras que es todo un tema en sí misma.

La idea de utilizar palabras para guiar cada ensayo surgió del capítulo sobre Basquiat en Funny Weather, libro de Olivia Laing, en el que recopila algunos de sus artículos y ensayos sobre artistas y las vidas que llevaron.

En él, enumera una serie de palabras que aparecen a menudo en la obra de Basquiat y forman parte de su discurso y de su vida:

Funny Weather by Olivia Laing

Así que, por curiosidad, me puse a escribir mi propio abecedario. Me sorprendieron las palabras que salieron, desde fideos hasta trayectoria, pasando por comprensión o tinte para el pelo. Shape (Forma) fue la primera palabra que escribí, supongo que porque estaba pensando en la forma que ha tomado mi vida, cómo es y cómo llegó a ser así.

¿Qué cosas me vienen a la cabeza cuando pienso en Forma? Pues la primera y la más íntima es mi propia forma física. En algunos momentos de mi vida me ha costado mucho aceptar el aspecto de mi cuerpo. He tenido escalofríos al verme las piernas, tengo sentimientos encontrados al respecto de mi barriga y he vivido de espaldas a mis tetas durante años. Estos sentimientos van y vienen, no definen cómo me percibo a mí misma o a mi belleza, pero están ahí. Crecí con una madre que luchaba con su propio cuerpo y una abuela muy guapa (la madre de mi padre) que creía que criticándome a mí -y a todo el mundo- podríamos corregirnos y convertirnos en una versión mejor (ya fuese por pura fuerza de voluntad o de vergüenza). Objetivamente hablando, soy una mujer de 40 años que nunca ha pasado de la talla 38 y ni jamás ha tenido verdaderos problemas de peso. Soy plenamente consciente de mi privilegio y me siento bastante idiota por tener estos sentimientos tan encontrados sobre el cuerpo que habito. Así que sí, la dismorfia corporal es uno de los problemas. Amo y respeto profundamente las idas, venidas y desafíos que han afrontado estas dos mujeres de mi vida, pero he  hecho todo lo que estaba en mi mano para rebelarme y cuestionar las ideas que absorbí de sus propios dolores, a veces con éxito, a veces no tanto.

Al elegir la moda como carrera, todos estos traumas interiorizados se anidan en las esquinas de cada día. Porque la idea de Forma está en el centro de la moda y se enreda con cada uno de sus aspectos, en términos de silueta es uno de los cosas más importantes de una prenda o un conjunto, pero las formas y siluetas que se ponen y pasan de moda tienen un impacto enorme en como nos sentimos con nosotr+s  mism+s, por no hablar de hasta qué punto esas siluetas moldean el mundo que nos rodea y viceversa. Por otro lado está la cuestión de encajar (tener la forma adecuada para), de la que ya os he hablado.

Como estilista y editora de moda, a menudo pienso en el mensaje que transmito; la imagen de moda está diseñada para que l+s espectador+s entren en ella y se fundan con l+s modelos. Así que en mi trabajo, mi mente piensa por un lado en la manera en que la ropa cae sobre los cuerpos y por otro en las personas que quiero representar. ¿Son modelos inalcanzables de belleza, inteligencia, gracia, frescura... o están más cerca de las partes de nosotr+s que permanecen ocultas, esperando a ser liberadas, como la rebelde, la poeta, la rara, la irracional o la salvaje? Yo quiero que esto último sea lo más importante, que represente fielmente el mundo que veo y a las personas que me inspiran, pero no siempre lo he conseguido, porque mis prejuicios y traumas van conmigo donde yo voy. En realidad estoy condicionada a sentirme cómoda cuando las cosas son ordenadas y repetitivas: es decir, normales (¡argh!). Todos lo estamos.

En general, nuestras ideas sobre la Forma suelen estar relacionadas con el equilibrio y la armonía, en parte por influencia del modelo grecorromano, pero de hecho, para que las estatuas parezcan proporcionadas a ojos del espectador (que suele mirar desde abajo), las cabezas y otras partes del cuerpo a menudo están distorsionadas desde una perspectiva frontal. En el caso de los humanos, la familia y la sociedad nos moldea para que estemos presentables, pero esto fijo va a terminar distorsionando algo de nosotr+s. ¿Hay manera de que estas ideas preconcebidas puedan sernos transmitidas sin hacernos daño? Me temo que no, porque moldear (dar forma) también significa construir o crear, es decir, cambiar la naturaleza de algo o de alguien para hacerlo apto para otra cosa.

Por otro lado está el asunto de la belleza. Después de tanto modelado y moldeado, las ideas que tenemos sobre lo que puede considerarse estéticamente agradable no son tan nuestras como creemos, sino que son más bien conceptos prefabricados, transmitidos de generación en generación, que representan más claramente la forma normativa de entender la belleza que el hecho de que algo sea o no real y de paso objetivamente bello. ¿No me crees? Deja que te enseñe la obra de una artista que desafía todas estas ideas preconcebidas, plantándose justo en el centro de nuestros miedos o complejos, o ambas cosas. Te presento a la artista y diseñadora Michaela Stark.

All pictures via Michaela Stark’s instagram

Michaela Stark es una artista y diseñadora de lencería que, en sus propias palabras, "explora el territorio entre lo bello y lo grotesco". Las delicadas e intrincadas piezas que crea ajustan, ciñen y moldean el cuerpo alejándolo de todas estas convenciones de las que hablaba antes, transformándolo en una obra de arte que tira por tierra toda noción de forma y belleza previamente adquirida y que reinaba hasta ahora en nuestras cabezas sin que nadie la discuta.

Aunque su obra no trata la positividad corporal per se, sí que lo hace, porque hace una investigación súper refrescante y liberadora del cuerpo, dejándolo después de enfundarlo en los corsés que ella diseña y que lo oprimen y liberan en lugares previamente imposibles, como algo bellísimo e irreconocible. Se trata de una celebración y  una ruptura con nuestras inseguridades a través de una forma de explorar todo lo que aceptamos sin rechistar de la idea imperante de belleza.

Por eso no me ha sorprendido que sea una de las artistas elegidas por Victoria's Secret para protagonizar la película de la campaña de su nueva temporada que se estrenará a finales de este mes, en la que la marca trata de recuperar relevancia en el momento actual y con la que pretende completar su operación de rebranding. La obra de Michaela Stark habla a una generación que está harta de cargar con las nociones de belleza y forma impuestas por la sociedad, dándoles permiso para encontrar el amor por sí misma allí donde la sociedad no lo hace todavía.