[SPA] MI TRAJE DE ESTILISTA #05: CUIDADOS
Los diez (o doce) mandamientos del cuidado de la ropa
¿Por qué te gusta tu ropa? ¿QuizÔ porque representa un momento especial en el tiempo? ¿Tal vez le perteneció a un ser querido? ¿QuizÔ lo encontraste inesperadamente y te enamoraste? ¿Es por cómo te sientes cuando lo llevas puesto?
Desde que era muy joven me ha encantado llevar ropa vintage, quizĆ” cosas que habĆan pertenecido a alguien querido o que he comprado de segunda mano⦠siempre me han llamado la atención los recuerdos, las personalidades y las historias que contenĆan. Es probable que esa fuese una de las razones que me influyeron a elegir mi carrera, o quizĆ” fuese al revĆ©s, al entender el poder de comunicación de la ropa aprendĆ mĆ”s a apreciar la riqueza de historias que habita en una prenda de vestir. Cuando tenĆa veinte aƱos, ir de compras era como ir a la caza del tesoro, no tenĆamos dinero pero nos encantaba vestirnos. Una amiga me introdujo en el concepto de coleccionismo, no relacionado con la ropa de diseƱo en sĆ, sino con piezas especiales que encontrĆ”bamos en las charities de Londres, en la basura o colgadas de la puerta de casa de alguien, pidiendo a gritos una segunda oportunidad. Otro amigo mĆo solĆa asaltar por la noche las bolsas de ropa donada que quedaban a las puertas de las tiendas de caridad y me regalaba todas las cosas especiales que encontraba. TenĆa muy buen gusto y me da un poco de vergüenza contaros que me las quedaba tan feliz. MĆ”s tarde, heredĆ© la mayor parte de la ropa de mi abuela, que en general era muy especial, y desde que era adolescente he asaltado continuamente el armario de mi pobre madre hasta que me he quedado con casi todo lo que ella ya no se pone y con algunas de las cosas que todavĆa se ponĆa.
Durante aƱos, he ido a mercadillos, tiendas de caridad y almacenes de segunda mano en busca de ese tesoro en el que nadie se habĆa fijado antes y he encontrado algunas piezas realmente fantĆ”sticas: varios pares de botas vaqueras que han caminado por el mundo conmigo, kimonos antiguos, un camisón de algodón bordado a mano que hacĆa las veces de vestido, una capa de angora en distintos tonos de azul y morado, un mono de presidiario canadiense en verde oliva, un trench oversize azul pavo real con hombreras e innumerables pares de pantalones de hombre... la lista es grande y lo que de verdad me sorprende es cómo he conseguido guardar tanta ropa en mi casa. Estas prendas hay que tratarlas con cariƱo y respeto, de lo contrario podrĆan romperse fĆ”cilmente. Dicho esto, tambiĆ©n he comprado y compro mucha ropa que no necesito, ya sea de segunda mano o nueva. Paso mucho tiempo en las tiendas por razones obvias, y claro, compro mucho mĆ”s de lo que deberĆa.
Ćltimamente he estado pensando bastante en nuestros hĆ”bitos de consumo, en cómo las compras son la mayorĆa de las veces una forma en que nuestra mente se desquita de la vida: "Como tengo que lidiar con X me voy a dar un capricho con Z". Formamos parte de una sociedad en la que el consumo excesivo es la norma, la ropa que compramos ya no estĆ” relacionada con la necesidad fĆsica de cubrirnos, sino con una necesidad emocional de validación. Compramos y compramos, a menudo convencidos por nuestros razonamientos conscientes, pero a menudo ocultĆ”ndonos a nosotr+s mism+s las verdaderas razones por las que realmente compramos cosas, en particular la ropa.
Justo despuĆ©s de los meses mĆ”s duros de cuarentena durante la Pandemia, una de las primeras tiendas en reabrir fue la insignia de Primark en Madrid. Me sorprendió muchĆsimo ver colas enormes de comprador+s esperando su turno para entrar en la tienda. Mi pregunta era quĆ© es lo que uno puede necesitar tanto para hacer cola en la calle durante horas despuĆ©s de haber pasado tres meses sentados en casa; y sin saber aĆŗn cuĆ”nto mĆ”s iban a durar estos cierres intermitentes. ĀæNo serĆa mejor darse un paseo por el parque? Aparte del hecho de que pueda haber algo que un+ necesite de verdad, creo que esas colas estaban mucho mĆ”s relacionadas con la necesidad de entretenimiento y de recompensa de esas personas despuĆ©s de un tiempo tan duro que con la necesidad real de comprar algo
Puedo preguntarte, ĀæcuĆ”ntas de tus prendas te gustan de verdad? Estoy segura de que las que de verdad importan encajan en alguna de las categorĆas mencionadas al principio. El resto no nos importa realmente, y la mayorĆa de las veces serĆa un alivio si pudiĆ©ramos deshacernos de ellas, pero deshacerse de ellas no es un acto sencillo ahora con todas las variables a las que nos enfrentamos. Se podrĆa argumentar que la calidad de la moda es tan mala Ćŗltimamente que la ropa se desintegra despuĆ©s de usarla unas cuantas veces. Esto es cierto, pero tambiĆ©n lo es que, cuando compramos por impulso, no lo hacemos teniendo en cuenta la calidad de la prenda o los materiales, sino que nos centramos en el estilo, y sĆ, ese par de pantalones de poliĆ©ster suave parecen de cashmere y serĆ”n preciosos (una vez), pero en poco tiempo estarĆ”n destrozados.
TambiĆ©n estĆ” la cuestión del poco valor que a veces damos a la ropa que compramos por capricho, barata o no. Un par de ejemplos: "Costaba 20ā¬/$/Ā£, con que sólo me lo ponga dos veces ya mereció la pena" o "Me lo comprĆ© en un dĆa horrible, no sĆ© en quĆ© estaba pensando", pero que una prenda sea barata o no nos guste no significa que no valga nada: una vez en llegue al vertedero se convertirĆ” en un problema enorme, ademĆ”s, Āæhemos pensado alguna vez en las personas que las confeccionaron? ĀæPensamos que por muy baratas o poco queridas que sean hoy, no valen nada para ell+s?
Cuidar nuestra ropa no sólo significa llevarla con mimo, sino tratarla con cuidado, lavarla menos y aprender maneras de asegurarse de que me acompaƱarĆ” durante muchos aƱos. Esto incluye las cosas nuevas que he comprado y que no siempre son de la mejor calidad. El aƱo pasado escribĆ un artĆculo que me pidieeron desde Walkers Appeal para su Journal, en el que analizaba las muchas maneras en que se pueden cuidar las prendas que amamos, porque cuando algo te importa, realmente quieres que dure y quieres poder disfrutar de cómo te sientes mientras lo llevas puesto. AsĆ que he pensado que esta semana, en lugar de pensar en lo que me comprarĆa, podrĆa hablaros de cómo cuido lo que ya me he comprado. AquĆ os lo dejo para que podĆ”is leerlo.
LOS 10 Ć 12 MANDAMIENTOS DEL CUIDADO DE LA ROPA
1. Explicación de los sĆmbolos: Sigue las instrucciones de la etiqueta de cuidado. El problema es que estos sĆmbolos se parecen a un jeroglĆfico egipcio, asĆ que aquĆ tienes una guĆa muy completa cortesĆa del Readers Digest.
2. Airea la ropa: Lavar menos ayudarÔ a proteger tu ropa, las fibras naturales como el algodón aguantan mejor que el lino o la lana los lavados frecuentes. El desgaste que conlleva cada lavado puede degradar el grosor de las fibras de tu ropa, por lo que espaciar los lavados es un gran aliado para mantenerla bonita durante mÔs tiempo. Simplemente cuélgalas al aire libre durante unas horas, y volverÔn frescas y libres de olores.
3. 30 es tu nĆŗmero mĆ”gico: Pon la temperatura de la lavadora a 30ĀŗC. Si la temperatura es mĆ”s alta podrĆas daƱar el material y arriesgarte a que se encoja o se transfiera el color; si es mĆ”s frĆa (y en un ciclo mĆ”s corto) tu ropa podrĆa acabar con manchas de jabón por detergente sin diluir.
Si tu ropa estĆ” muy sucia, podrĆas ir a 40Āŗ pero sólo si es Algodón o Tencel (TĆ©cnicamente puedes hacerlo tambiĆ©n con Lana, pero es arriesgado, asĆ que no te lo recomendamos).
4. Menos detergente es mÔs: Utiliza hasta la mitad de lo que indique la etiqueta del jabón si no quieres rodetes de jabón ni manchas en la ropa. Utiliza detergente de calidad, suave y sin enzimas para obtener los mejores resultados en prendas delicadas de lana o lino.
5. La secadora no es tu amiga: A menos que necesites la ropa para ya, te recomendamos que evites la secadora, ya que cada ciclo daƱarƔ gradualmente las fibras. Tenlo en cuenta: la mejor frecuencia de secado en secadora para su ropa es ninguna.
6. Sube la cremallera: Puede parecer una tonterĆa, pero no estĆ” de mĆ”s recordĆ”rtelo. Cierra todas las cremalleras y cierres antes de lavar para evitar enganches y estiramientos bruscos durante el ciclo de lavado.
7. Piezas delicadas en una bolsa: Utiliza una bolsa de red para lavar aquellas piezas que realmente no quieres que se estropeen o que son largas y podrĆan anudarse alrededor del resto de la colada, asĆ evitarĆ”s que se enganchen o se estiren.
8. Divide y vencerÔs: Otro bÔsico. Lave los colores similares juntos para evitar problemas de desteñido o transferencia de color. Si esto no es posible, en los supermercados hay toallitas antitransferencia de color; puedes usar una si te encuentras en una situación de emergencia y tienes que hacer un lavado mixto.
9. Lo plano es bello: Por supuesto, esto dependerĆ” de tu espacio disponible, pero el secado en plano es mejor para la lana y el Tencel. Si no puedes hacerlo, haz un centrifugado suave para que suelten toda la humedad posible y luego cuĆ©lgalos de una parte de la prenda que no se estire. Nota: cuando centrifugues Lana, redĆŗcelo a la velocidad mĆnima.
10. Remoja primero la lana: Si vas a lavar Lana en la lavadora, remójala bien en agua frĆa antes de aƱadirla a la colada. AsĆ protegerĆ” tu prenda.
(Un par de consejos extra)
11. Guarda tus prendas lo mÔs lejos posible del polvo (utiliza bolsas para el polvo), la luz natural y los ambientes húmedos. Esto alargarÔ la vida útil de tus prendas favoritas y las mantendrÔ como nuevas durante años.
12. Utilizar un cepillo para pelusas antes de guardar sus chaquetas y trajes los mantendrƔ impecables. A no ser que tengas un pulso de acero, el uso del quita bolitas de tejidos debe ser muy escaso, ya que las fibras de tu ropa pueden acabar daƱadas.
Esto es todo por mi parte esta semana, inadaptados. ¿Tienes alguna prenda favorita? ¿Por qué es tan especial? ¿Cómo la cuidas?
”Feliz fin de semana!
Con cariƱo,
Patty